NO HAY DISTANCIAMIENTO
No sé si te pasó que a medida que este distanciamiento social se iba haciendo más largo de lo que habíamos pensado, comenzaste a sentir un distanciamiento entre los planes de Dios y la ejecución de ellos en tu vida; o sentiste por momentos que sus planes se habían detenido o suspendido para ti en este año; o si tal vez te sentiste alejada de tu propósito o en una búsqueda imparable de felicidad y plenitud. Si es así, no fuiste la única, yo también lo sentí. Me sentía por momentos sin propósito, vacía. Sentía que la pandemia se había interpuesto en los planes maravillosos que Dios tenía este año para mí. Este distanciamiento social, hizo que todas en algún momento tuviéramos una percepción equivocada de la realidad al hacernos sentir distanciadas de los planes de Dios. Y digo “percepción equivocada” porque muchas veces no hay razones externas que avalen este sentimiento.
Muchas veces todo está bien, tenemos salud, nuestra vida económica pudo haber experimentado altos y bajos pero recuperables. Más bien, obedece a un sentimiento que solo está en nuestro interior y nos logra desestabilizar. A veces, este sentimiento logra que hagamos cualquier cosa por encontrar la plenitud y paz que necesitamos. Sé que en este tiempo, hay muchas personas que están esperando que las iglesias reaperturen, y me encanta esa idea de hacerlo pronto, porque son lugares donde nos fortalecemos y tenemos una conexión con Dios, pero no son la única vía a través de la cual Dios nos entrega de su amor y revelación. La biblia nos enseña que Jesús está contigo en todo lugar y momento; por eso, nunca habrá un distanciamiento lo suficientemente fuerte como para que los planes de Dios no se ejecuten en tu vida, porque sin importar en qué temporada estés, Jesús siempre estará para ti.
“La biblia nos enseña que Jesús está contigo en todo lugar y momento; por eso, nunca habrá un distanciamiento lo suficientemente fuerte como para que los planes de Dios no se ejecuten en tu vida”
1. JESÚS SIEMPRE QUIERE ACERCARSE
Hoy en día este distanciamiento social ha hecho que no podamos abrazar a las personas, ni hablarles de cerca y ha sido muy difícil para nosotras, especialmente con nuestra cultura Latina. Sin embargo, esta no es la primera vez que se habla de distanciamiento. En Levítico 13 Dios le da una serie de instrucciones a Moisés que deben seguir aquellos que tengan enfermedades en la piel. Dentro de este grupo de personas estaban los leprosos, quienes eran discriminados por su condición. Tanto así que, si tenían una mancha blanca en la piel, una llaga, o una herida, debían permanecer en aislamiento y también reportárselo al sacerdote, quien los declaraban impuros. No me imagino esto cómo los podía hacer sentir, alejados de su familia, de su vida laboral y toda la sociedad porque muy probablemente los podría contagiar. Pero hubo un leproso que desafió todas las leyes para experimentar el poder de Jesús.
Mateo 8: 1 – 3: Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguieron grandes multitudes. 2 Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. — Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo. 3 Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —Sí quiero —le dijo ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano[a] de la lepra.
El texto dice que Jesús estuvo rodeado de multitudes, y me pregunto, ¿de qué manera se le acercó el leproso para que no lo notaran y lo sacaran del lugar? Eso no lo sabemos. Pero en vez de avergonzarse y alejarse de Jesús por su condición, este leproso se acercó en busca de su sanidad. Lo más increíble es que Jesús no miró su condición, al contrario, tuvo compasión de él, le habló y lo sanó.
Él desea tener una relación contigo. Pero muchas veces nos avergonzamos y nos alejamos. Le damos más fuerza al sentimiento de fracaso y a la voz que dice que
no eres suficiente, que nunca serás sana, que será muy difícil salir de las deudas, que no vas a ser una mujer prospera; que a aquella voz que dice que eres bendita, que naciste para reinar y que todo lo puedes en Cristo que te fortalece.
El leproso tenia que buscar a Jesús físicamente para obtener su sanidad, pero tú no necesitas ir a un lugar a buscarle, tú tienes una promesa que dice:
Efesios 3:17 Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes.
Hoy Jesús te está invitando a que confíes en Él y puedas ser consciente de que Él está contigo sin importar cuál sea tu condición. Quizás sea un negocio quebrado, un matrimonio roto, un sentimiento de soledad o quizás no has podido tener hijos. Lo que sea que sea, quiero decirte que Jesús no ve tu condición. Él ve lo que tú deseas, y si por momentos le has preguntado al Señor si Él quiere que todo esto cambie en tu vida, el leproso también se lo preguntó y mira la respuesta que le dio en Mateo 8:2 “Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo. 3 Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —SÍ QUIERO —le dijo ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano[a] de la lepra..”
Jesus quiere, hacerlo en tu vida, él te dice hoy: ¡Sí quiero!, sí quiero restaurar tus finanzas, sí quiero restaurar tu matrimonio, sí quiero que seas muy feliz, sí quiero que tengas a tu hijo en brazos, sí quiero hacer realidad los sueños que un día puse en tu corazón, porque no están allí para que estén anclados de por vida, están allí para que puedan salir al exterior materializados y sean de bendición para los que te rodean.
“Hoy Jesús te está invitando a que confíes en Él y puedas ser consciente de que Él está contigo sin importar cuál sea tu condición”.
2. DEJA QUE SU AMOR TE ALCANCE.
A veces creemos que las malas decisiones nos separan del amor de Dios, pero la palabra dice justo lo contrario, dice que nada, absolutamente nada, podrá separarnos de Él ni de su amor. Pero la vergüenza de lo que hemos hecho, o pensado, o de aquello que no hemos alcanzado, tiende a hacernos huir pensando que Dios nos va a reclamar por alguna de estas cosas, perdiendo de vista la verdadera intención de Él en nuestras vidas: que vivamos una vida plena, una vida que va de victoria en victoria, una vida que va en ascenso.
Entre más avergonzada te sientas de haber cometido grandes errores, o pequeños o haber dejado de hacer lo correcto en algún momento, es cuanto más cerca debes estar de Él. Hoy Jesús quiere decirte que Él no está distanciado, que Él está cerca de ti. Él decidió acompañarte cada día, como lo dice en Mateo 28:20 (NBLA) y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Jesús está con nosotros todos los días, así que, sin duda alguna, nuestra vida está constantemente siendo impactada por su atmósfera, por su compañía, porque donde Él está hay una transformación, hay sanidad, hay libertad. Quiero que te tomes unos minutos para visualizar tu vida. Visualiza aquello que te preocupa y visualiza a Jesús a tu lado. Visualízalo tomando tu mano y diciéndote:
¡Hija, levántate!, y mientras toca tu mano, siente su poder que se libera en ti y a través de ti, y mira cómo la atmósfera empieza a cambiar.
Ahora tu cuerpo empieza a sanar, puertas laborales comienzan a abrirse, la soledad comienza a desaparecer, y comienzas a sentirte confiada porque Él está contigo y si Él está contigo no hay nada que no puedas hacer, pues Él es tu ayudador.
Jesús quiere cerrar toda brecha que pueda existir en tu interior que no te permita verlo operar en tu vida. Yo te invito a que hoy puedas hacer un ajuste mental que te permita empezar a ver a Jesús presente en tu vida aún en medio de la temporada que estés. Jesús no está distanciado de ti.
Él está contigo y desea renovar tu manera de pensar para que puedas ver las nuevas oportunidades que Él tiene para ti hoy. Quizás estés pensando que has fallado demasiado o que has tomado muchas malas decisiones como para que Jesús pueda venir a poner orden.
Quiero decirte que el Señor cada día entrega sus misericordias, lo que quiere decir que cada día Él tiene una ayuda nueva para ti. Mantén las expectativas altas en tu vida, porque Él las va a superar. Él es poderoso para cumplir mucho más abundantemente de lo que habías pensado.
Disfrutamos haber compartido con ustedes nuestro blog. Si tienes alguna duda, pregunta o quieres que oremos por ti, puedes escribirnos a nuestro correo electrónico: mujeres@livingroomint.org