BELEN

Durante más de 4 años estuve desempeñándome en una posición gerencial de mucha responsabilidad dentro de la empresa para la cual trabajaba. A finales del 2017, médicos diagnosticaron una enfermedad en mi cuerpo lo cual empezó a repercutir de manera importante en mi relación laboral y empezó a verse comprometida mi permanencia en la compañía. Toda esta situación llevó a que la empresa para la que trabajaba buscara la forma de llevarme a renunciar.
La mejor alternativa era iniciar un proceso de pensión por pérdida de la capacidad laboral. En mi país, estos procesos suelen tomar años si no son contestados en primera instancia. Me presenté en el fondo de pensiones con muchas dudas y temores. Pensaba muy seguido en cómo resolvería todas mis responsabilidades financieras si todo el proceso podía tomar años. Una mañana me invitaron a Living Room y empecé a escuchar estos mensajes que me decían que yo tengo un Padre bueno, que suple todas mis necesidades. Empecé a descansar y confiar en esa verdad

En mi país, los procesos de pensión suelen tomar años. A pesar de eso y gracias a Dios, el resultado me fue dado en primera instancia y recibí la noticia que desde el primer mes de 2019 empezaría a recibir mi pensión. Pero hubo más que eso, tan solo con un papeleo me condonaron la mitad de la deuda de mi vehículo, también me descontaron el total del saldo en mora de mis dos tarjetas de crédito.

Dios me dio un tiempo de descanso en medio de todas las situaciones que estaba pasando. Aprendí a confiar en Él en este tiempo, a saber que yo no dependía de mí sino De Dios. Que Él realmente conoce nuestras necesidades y sabiendo esperar en Él, veré cumplidas todas sus promesas.
Mi salud mejoró completamente, hoy en día solo tomo una pastilla (lo cual de por sí clínicamente es un milagro) y creo que pronto veré mi sanidad completa.

Hoy tengo una pensión que cubre todos mis gastos, estoy libre de toda deuda y lista para empezar a trabajar por mi sueño que siempre ha sido tener mi propia empresa.